Consideramos necesario ese espacio crítico en el que afloren las reflexiones, experiencias e inquietudes de todos/as los que proponen otra visión del Trabajo Social: centrada en la transformación real, en el empoderamiento de personas y poblaciones, en comenzar a unir esfuerzos colectivos para conseguir cambios comunes.
Es en este punto en que creemos importante llevar a cabo las Jornadas de Trabajo Social y Autogestión, porque entendemos que pueden servir de espacio para dar voz a experiencias que se realizan desde abajo y que llevan por bandera la crítica y la reflexión en lo social. Además, consideramos que puede ser un espacio adecuado para fomentar el pensamiento crítico, precisamente porque éste genera conocimiento, reflexión, genera herramientas teóricas y prácticas para la transformación.
Desde planteamientos participativos, abogamos porque el alumnado tenga voz a la hora de construir el Trabajo Social, un Trabajo Social que rompa con la concepción que se ha hecho de él, que abogue realmente por acompañar a los individuos y las poblaciones en la consecución de su bienestar, en la transformación de sus condiciones de vida. Y la participación, precisamente, es punto de partida y punto de llegada, ya que resulta un arma muy importante para proponer, para crear, para construir conjuntamente, alejados de individualismos muy de moda, de falsos cambios sociales, de modernidades impuestas y plastificadas.
En definitiva, proponemos un espacio nacido desde el alumnado y enfocado hacia el alumnado, hacia los trabajadores sociales, y en general hacia todos aquellos interesados en abrir otras vías de aprendizaje que parecían cerradas, en reflexionar conjuntamente sobre nuestras inquietudes, experiencias y pensamientos que nos mueven por dentro a tantos y tantas, en abrir espacios y demostrar que la realidad que nos han impuesto como inmutable, como natural, es transformable, de manera conjunta, crítica y participativa.
Es en este punto en que creemos importante llevar a cabo las Jornadas de Trabajo Social y Autogestión, porque entendemos que pueden servir de espacio para dar voz a experiencias que se realizan desde abajo y que llevan por bandera la crítica y la reflexión en lo social. Además, consideramos que puede ser un espacio adecuado para fomentar el pensamiento crítico, precisamente porque éste genera conocimiento, reflexión, genera herramientas teóricas y prácticas para la transformación.
Desde planteamientos participativos, abogamos porque el alumnado tenga voz a la hora de construir el Trabajo Social, un Trabajo Social que rompa con la concepción que se ha hecho de él, que abogue realmente por acompañar a los individuos y las poblaciones en la consecución de su bienestar, en la transformación de sus condiciones de vida. Y la participación, precisamente, es punto de partida y punto de llegada, ya que resulta un arma muy importante para proponer, para crear, para construir conjuntamente, alejados de individualismos muy de moda, de falsos cambios sociales, de modernidades impuestas y plastificadas.
En definitiva, proponemos un espacio nacido desde el alumnado y enfocado hacia el alumnado, hacia los trabajadores sociales, y en general hacia todos aquellos interesados en abrir otras vías de aprendizaje que parecían cerradas, en reflexionar conjuntamente sobre nuestras inquietudes, experiencias y pensamientos que nos mueven por dentro a tantos y tantas, en abrir espacios y demostrar que la realidad que nos han impuesto como inmutable, como natural, es transformable, de manera conjunta, crítica y participativa.
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